La revolución que experábamos

En la historia ha habido muchos tipos de revoluciones. Solemos pensar que revolución es igual a armas y violencia, cuando no es así. Revolución es cambio. Los factores de cambio algunas veces han venido por guerras, por desastres naturales, por la imprenta, por la producción en masa, pero el principal y más reciente factor de cambio ha venido por el uso de las tecnologías de la información.  Pero, ¿qué tipo de cambios se han producido? Sin duda bueno y no tan bueno. Ahora más que nunca se tiene acceso a la información de manera casi inmediata en todo el mundo. Sin embargo, hay un elemento que es sustantivo para procesar toda esa información y saber qué hacer con ella. Ese elemento se llama educación. Más allá de la alfabetización, más allá de sólo adquirir conocimiento, la educación que Claudio Naranjo propone es aquella que nos lleva a un despertar de la conciencia, y con ello, nuevamente transformar la educación, teniendo como centro, el  desarrollo del ser humano.
 
En esta obra, de 277 páginas, Claudio Naranjo nos ofrece doce capítulos de reflexión profunda partiendo de lo que él concibe como una política de la consciencia, pasando por la educación, el eneagrama, el potencial de la meditación como una educación del espíritu, el programa SAT para el desarrollo del autoconocimiento y el amor, la rehumanización de las empresas y finalmente construye la idea de consciencia global.
 
“Creo que a los jóvenes les va tocar construir un mundo nuevo, y que tendrá que ser constituido desde el mundo personal, desde la conciencia, prestando atención a la crianza, la educación, los medios y la cultura para fomentar la consciencia. En el desarrollo del mundo occidental no se ha apostado por ella: ya puede comprenderse lo destructivo que ha sido olvidarse de la consciencia; o aún más, la confabulación contra la consciencia: una guerra del sistema contra la posibilidad de que nos volvamos demasiado conscientes”.